Es ya bastante evidente la demanda de la sociedad de un cambio de Educación. El debate sobre la necesidad de un nuevo paradigma educativo y de una renovación total de los centros educativos está en la calle y en las redes sociales, día si y día también. Solo falta que lo asuman y que se pongan manos a la obra los que tienen el poder de hacerlo. Mientras seguiremos conociendo diferentes metodologías, reflexionando sobre ellas, debatiendo, y gritando a que quiera escuchar, que otra educación es posible, que estamos en el buen camino, y que cada pequeño cambio en una escuela, o en un maestro, son el modo de llegar al gran cambio que anhelamos todos.
La evidencia de este ebullición es esta noticia con la que amanecíamos hace unos días; Unas 300 familias, expresan su malestar por que sus hij@s, se han quedado sin plaza para centros educativos públicos que aplican metodologías "innovadoras" (esto de innovadora es cuestionable, porque la mayoría están basadas en metodologías con una larga trayectoria mundial) ,fundamentalmente en la ciudad de Barcelona, donde la opción que les queda es la oferta privada o conformarse con un estilo educativo más tradicional. Esta acción, es una muestra más de la concienciación con esta problemática.
Cada vez son más, las familias que demandan una educación de calidad para sus hij@s, donde su desarrollo integral, sea lo más importante, donde ellos nos guíen en la hoja de ruta a seguir, donde puedan jugar y crecer libremente sin losas, ni juicios, ni etiquetas y donde l@s educador@s, maestr@s...puedan sentirse libres de proponer, de crear y como no de acompañar... Algun@s hablan de moda, puede ser, pero bienvenidas las modas que reinvierten en el bienestar de nuestr@s niñ@s. Aumentan también, el número de centros públicos que se suman al carro del cambio educativo; en ciudades como Barcelona, es muy común ya, que se trabaje como mínimo por proyectos en Primaria, que la disposición del espacio esté mucho más adaptada a las necesidades de l@s alumn@s, que el número de deberes disminuya considerablemente... Y mientras en Barcelona, luchan por que esos 300 niñ@s obtengan plaza en uno de esos colegios, en ciudades como Coruña, las familias luchan buscando un centro público con esas características, y como hay pocos, cruzan los dedos para que el/la maestro/a que les asignen, vea más allá de las fichas, de los deberes, de los exámenes y de una nota al final de curso. La búsqueda del centro educativo adecuado se convierte así en una experiencia estresante y altamente frustrante, cierto es que cada vez hay más alternativas a la educación pública tradicional, pero su coste o su ubicación no se adaptan a todas las familias.
Me parece tremendamente
injusto que actualmente, las familias y l@s propios niñ@s, no puedan elegir libremente el tipo de educación, valores o metodología
desean experimentar. Ese proceso que
podría ser una experiencia positiva de conocimiento, de aprendizaje y de reflexión sobre los
diferentes estilos de aprendizaje, la
metodología, la distribución de los espacios… ese proceso se convierte en un etapa donde la frustración y la
decepción so las protagonistas. Primero por descubrir que en nuestro
entorno no hay una variedad de centros educativos públicos y posteriormente
por que no hay sitio para todo@s los que quieren participar en ellos
Esta búsqueda es una larga carrera de obstáculos,
que empieza en esas jornadas de puertas abiertas, algunas bastante tediosas y
largas, por cierto, si fuera una, aún bueno, pero normalmente las familias han
de ver varias opciones para elegir las que más les interesan, a parte de los
cálculos que han de hacer por el tema de los puntos. O sea, que es probable que
en unas 3 semanas las familias acudan a 6 0 7 jornadas de este tipo… y seguramente
pocas, cumplirán con sus expectativas.
Otra cuestión que me parece relevante es el hecho de que se tienda a excluir a l@s niñ@s en la elección de cole, primero, son excluidos en ocasiones por los propios centros, que no los tienen en cuenta para las jornadas de puertas abiertas y por otro lado, algunas familias también tienden a no hacerlos partícipes de este proceso y mantenerlos totalmente al margen. Sin embargo, son ellos los que van a pasar ocho horas al día durante años entre esas paredes, son ellos los que van a disfrutar o a sufrir. Si nosotros tomamos conciencia de nuestra etapa escolar, podemos darnos cuenta de la importancia que ha tenido el tipo de educación, en nuestro desarrollo personal... Así que considero que deberían ser parte activa de ese proceso y como mínimo deberían de asistir a las jornadas de puertas abiertas y poder expresar su opinión.
Espero que esas familias consigan finalmente su objetivo y puedan disfrutar de la educación que desean, siendo protagonistas de ese cambio educativo al que much@s familias, educador@s, maestr@s... aspiramos, que aunque va lento, está latente y cada vez hay más iniciativas y proyectos molones, que lo demuestran.
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